Ofrenda de Día de Muertos.

Ubicación.
Independencia #227
Tlaquepaque, Jalisco, México.

Fecha y Horario.
Del 30 de octubre al 9 de noviembre
10am – 7pm

Contacto.
T. (33) 3657 5682
contacto@delcorazondelatierra.mx
Ofrenda de Día de Muertos

Venta, Exhibición y Conferencias
Venta directa con los artesanos de 10am – 7pm
(Entrada al evento y conferencias sin costo)

Programa Completo.

Jueves 30 de octubre
CONFERENCIA (Sin costo, Sin registro)
Expositor: Joaquín Damaso Mendoza
Tema: Papel
Técnica: Papel Amate
Horario: 5PM. Duración: 45min (aprox.)
Viernes 31 de octubre
CONFERENCIA (Sin costo, Sin registro)
Expositor: Juana Victoria Hernández
Tema: Hilo de algodón cosechado e hilado a malacate – Brocado con tinte natural
Técnica: Telar de cintura
Horario: 5PM. Duración: 45min (aprox.)
Sábado 1 de noviembre
TALLER (Registro requerido)
Expositor: Saúl Montesinos González
Actividad: Pintado de calaveritas
Técnica: Artesanía en barro
Precio: Sin costo. Horario: 11AM. Duración: 120min(aprox.)
(Incluye material para trabajar) CUPO LIMITADO
–
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CONFERENCIA (Sin costo, Sin registro)
Expositor: Carmen Gutierrez Flores
Tema: Pastillaje en barro
Técnica: Pastillaje en barro
Horario: 5PM. Duración: 45min (aprox.)
Domingo 2 de noviembre
TALLER (Registro requerido)
Expositor: Israel Soteno Ambrosio
Actividad: Pintado de calaveritas
Técnica: Artesanía en barro
Precio: Sin costo. Horario: 11AM. Duración: 120min(aprox.)
(Incluye material para trabajar) CUPO LIMITADO
–
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Lunes 3 de noviembre
CONFERENCIA (Sin costo, Sin registro)
Expositor: Justino Miguel Cruz Hernández
Tema: Pastillaje y decorado
Técnica: Alfarería utilitaria y decorativa libre de plomo
Horario: 5PM. Duración: 45min (aprox.)
Martes 4 de noviembre
CONFERENCIA (Sin costo, sin registro)
Expositor: Israel Soteno Ambrosio
Tema: De la tradición a un lenguaje profesional
Técnica: Artesanía en barro
Horario: 5PM. Duración: 45min (aprox.)
Miércoles 5 de noviembre
CONFERENCIA (Sin costo, Sin registro)
Expositor: Gualberto Campos Pérez
Tema: Torno de violin o de arco
Técnica: Artesanía en madera
Horario: 5PM. Duración: 45min (aprox.)
Jueves 6 de noviembre
CONFERENCIA (Sin costo, Sin registro)
Expositor: Saúl Montesinos González
Tema: El proceso de producción
Técnica: Artesanía en barro
Horario: 5PM. Duración: 45min (aprox.)
Sábado 8 de noviembre
CONFERENCIA (Sin costo, Sin registro)
Expositor: Pedro Ortega Lozano
Tema: «La alegría del color» usos del papel en México
Técnica: Papel picado
Horario: 5PM. Duración: 45min (aprox.)

Semblanza de Maestros.


Pedro Ortega Lozano Papel picado.
Ciudad de México, México.
Maestro del papel picado y creador del arte efímero
“El encanto del papel está en lo efímero, en lo que dura la fiesta… así como la felicidad es un momentito, el papel también es un momentito.”
A diferencia de muchos artesanos, Pedro Ortega Lozano no heredó su oficio, lo eligió. Nació en Tláhuac, Ciudad de México, un lugar donde las raíces prehispánicas conviven con la vida cotidiana, donde el carrizo, el tule y el papel picado siguen siendo parte esencial de las celebraciones y el arte popular.
Desde niño se sintió cautivado por el color y la presencia del papel en las fiestas de su comunidad: en las escuelas, las pulquerías y los pueblos vecinos que visitaba con su familia. De aquellas imágenes festivas nació su vocación: convertir lo efímero en arte perdurable.
Pedro no se conformó con aprender la técnica tradicional del papel picado. La reinventó. En sus manos, el papel se transforma en un lenguaje propio, donde dialogan lo popular y lo artístico, lo sagrado y lo profano. Sus obras —retablos, figuras y composiciones— integran elementos barrocos y simbólicos: diablos, perros, santos, calaveras y personajes contemporáneos que cobran vida entre recortes, cartones y tintas.
Su talento lo llevó a exponer en México, Europa y Estados Unidos, y a recibir múltiples premios nacionales e internacionales, como el Primer Lugar en la rama de papel en el Encuentro de Dos Mundos (1992). En la década de los noventa fue reconocido por Fomento Cultural Banamex como uno de los “Grandes Maestros del Arte Popular Mexicano”, y su trabajo forma parte de importantes colecciones, entre ellas las del Museo de Arte Popular de la Ciudad de México y Fomento Cultural Banamex.
Además de su labor creativa, Pedro ha colaborado en proyectos museográficos como la exposición “El azúcar en el arte mexicano” en el Museo Mural Diego Rivera, donde llevó el papel más allá de su fragilidad para convertirlo en expresión visual y narrativa.
Hoy, su obra continúa evolucionando. Aunque sus piezas ya no se hacen solo con papel de china —sino también con cartulinas, cartón y tintas—, mantiene viva la esencia del arte efímero, ese que celebra la vida, la memoria y la belleza del instante.

Justino Miguel Cruz Hernández Alfarería utilitaria y decorativa libre de plomo.
Puebla, México.
Alfarero, innovador y custodio de una tradición familiar
Justino Miguel Cruz Hernández nació en 1961 en el poblado de San Miguel Tenextatiloyan, Puebla, dentro de una familia con cuatro generaciones dedicadas a la cerámica artesanal. Desde muy joven —a los diez años— comenzó a trabajar con el barro, y ese oficio se convirtió desde entonces en parte esencial de su vida diaria y del sustento familiar.
Aunque la alfarería forma parte de la identidad de su comunidad, Justino ha logrado forjar un estilo propio y distintivo. Su especialidad radica en la técnica de pastillaje: una labor delicada que implica agregar relieves y detalles en barro sobre la pieza base. Con esta técnica ha logrado crear obras que no solo son útiles, sino que poseen una fuerte carga estética decorativa.
A lo largo de su carrera ha sido reconocido en concursos nacionales por sus piezas elaboradas con pastillaje y decorado, destacándose por su originalidad y calidad. Más aún, su taller ha sido pionero en desarrollar esmaltes de baja temperatura libres de plomo, lo cual representa un aporte importante a la práctica cerámica responsable con la salud y el ambiente.
Justino también ha llevado su obra a escenarios nacionales, siendo invitado a participar en eventos relevantes como la Feria Xcaret de Arte Popular Mexicano, donde fue destacado entre los maestros artesanos por su alfarería utilitaria decorativa libre de plomo. Durante esta feria se reconoce la labor de artesanos de todo México, y Justino ha aprovechado la plataforma para visibilizar su trabajo ante un público nacional e internacional.
Hoy en día, su taller sigue activo con la participación de varios miembros de la familia, continuando el legado con creatividad, técnica y un profundo respeto por la tradición.

Carmen Gutierrez Flores Pastillaje en barro.
Veracruz, México.
Maestra alfarera y guardiana de la tradición
Hace más de treinta años, Carmen Gutiérrez Flores descubrió en la alfarería no solo una forma de sustento, sino una vocación de vida. Movida por la necesidad de mantener a su familia, comenzó a moldear el barro inspirada por otras mujeres de su comunidad que mantenían viva esta tradición ancestral. Lo que inició como un medio para salir adelante se transformó con el tiempo en una profunda pasión y en un legado familiar.
Su trabajo, reconocido por su detalle, precisión y belleza artesanal, le ha valido importantes premios y distinciones nacionales. Ha sido publicada en el libro Grandes Maestros del Arte Popular Mexicano y ha obtenido el primer lugar en el Premio Estatal al Artesano en las categorías de alfarería y cerámica en 2020 y 2021. Estos reconocimientos le han abierto puertas a nivel estatal y nacional, permitiéndole compartir su técnica y elevar el valor del trabajo hecho a mano.
Hoy, Carmen lidera un taller familiar donde cada integrante participa en la producción de piezas únicas, elaboradas con paciencia, dedicación y un profundo respeto por la tradición. Sus obras, que han viajado a diferentes ciudades y países, reflejan la identidad cultural mexicana a través de formas y decoraciones que evocan la vida cotidiana, la naturaleza y la fe.
Convencida de que “hacer las cosas bien es el principio para progresar”, Carmen ha formado nuevas generaciones de artesanos dentro de su familia, transmitiendo no solo la técnica, sino también el amor por el oficio. Su mayor deseo es que sus hijos y nietos continúen con esta herencia, creando más piezas que representen la riqueza de la cultura y tradición mexicana dentro y fuera del país.
Una vida dedicada al barro, al arte y a la familia.

Saúl Montesinos González Artesanía en barro.
Puebla, México.
Maestro alfarero del barro policromado
Originario de Izúcar de Matamoros, Puebla, Saúl Montesinos González descubrió su vocación desde muy joven. A los doce años, mientras estudiaba, comenzó a trabajar por las tardes en talleres de barro policromado. Su primer maestro fue Silvestre Hernández, quien le enseñó los fundamentos de la cerámica tradicional. Más tarde perfeccionó su técnica junto a Aniano Velázquez y Juana Lezama, hasta convertirse en encargado del taller. A los 27 años decidió emprender su propio camino y fundar su taller familiar, con el que lleva más de tres décadas dedicadas a la creación, la enseñanza y la innovación en el arte popular.
En su taller, Saúl mantiene viva la tradición del barro policromado de Izúcar, célebre por los icónicos Árboles de la Vida, símbolo de abundancia y unión familiar. Cada pieza que crea conserva el espíritu de las antiguas costumbres de su región, pero también refleja su visión contemporánea: colores vibrantes, escenas narrativas y una profunda conexión entre la materia y la fe.
Su trabajo ha sido reconocido en diversos concursos nacionales e internacionales. Ha obtenido premios en certámenes como Manos a la Obra (Puebla, 2003), el Premio Nacional de la Cerámica (Tlaquepaque, 2005) y el Gran Premio de Arte Popular organizado por FONART y Fomento Cultural Banamex (2005 y 2006), donde obtuvo el segundo lugar en la categoría de barro policromado. También ha participado en exposiciones en el Museo de Arte Popular de la Ciudad de México y en múltiples ferias de arte como ENART, consolidándose como uno de los grandes representantes del barro poblano.
Cada obra de Saúl es el resultado de un proceso totalmente artesanal: el barro se amasa, se moldea, se hornea y se pinta a mano, paso a paso, con paciencia y precisión. Las piezas pueden tardar desde horas hasta varios días, dependiendo de su tamaño y complejidad, pero todas comparten algo esencial: el alma de quien las crea.
Más que un taller, la obra de Saúl Montesinos es una escuela de vida, un espacio donde el barro cobra voz y el color cuenta historias. A través de su arte, continúa fortaleciendo el legado del barro policromado, aportando innovación sin perder la raíz que lo define: el orgullo de su tierra, Izúcar de Matamoros.

Juana Victoria Hernández Telar de cintura.
Chiapas, México.
Maestra textil de San Juan Cancuc, Chiapas
Desde las montañas de San Juan Cancuc, en el corazón de los Altos de Chiapas, Juana Victoria Hernández Gómez ha dedicado su vida a preservar y renovar la tradición textil tzeltal. Su arte nace del telar de cintura, herramienta ancestral que transforma el algodón en huipiles, rebozos y prendas que guardan la historia de su pueblo.
Integrante y fundadora del Grupo Artesanal X-Chilul Pak, conformado por 20 mujeres tejedoras, Juana ha impulsado el trabajo colectivo como un camino de independencia y comunidad. Gracias al apoyo de su familia, el grupo cuenta con un espacio que funciona como taller y tienda comunitaria, donde se exhiben sus obras: tejidos finos, bordados en punto de cruz y piezas que rescatan el uso del algodón brocado tradicional, teñido con materiales naturales.
En San Juan Cancuc, los tejidos son una expresión de identidad. Los hombres visten túnicas blancas decoradas con bordados rojos y las mujeres portan huipiles largos de fondo blanco con motivos coloridos que representan el canto de los pájaros, los dientes del jaguar y los cuatro puntos cardinales. Juana ha sabido conservar estos símbolos mientras incorpora nuevas formas y colores, reflejando la evolución de su comunidad sin perder la raíz.
En una región con pocas oportunidades económicas, su arte es también una forma de sustento y esperanza. Cada pieza que borda con paciencia y precisión lleva el eco del canto de Cancuc, el diálogo entre tradición, tierra y espíritu.
Para Juana, tejer no es solo crear, es honrar la memoria y cantar la vida con hilos de color.

Gualberto Campos Pérez Artesanía en madera.
Santa María Rayón, Estado de México
Maestro artesano del molinillo tradicional
Desde el corazón de Santa María Rayón, conocida como la “tierra de artesanos, donde nace el molinillo”, Gualberto Campos Pérez ha dedicado su vida a rescatar y preservar una técnica centenaria: el torno de violín o de arco, un método ancestral para tallar madera que hoy está al borde de la desaparición.
Nacido el 9 de julio de 1973, Gualberto creció entre virutas y el aroma de la madera. Heredó el oficio de su familia, una tradición de más de dos siglos que comenzó con su bisabuelo Benjamín Campos, continuó con su abuelo Moisés Campos, y su padre Mauro Guadalupe Campos Cerón. Tras la muerte de su padre, la técnica casi se perdió, pero Gualberto asumió el compromiso de rescatarla, perfeccionarla y transmitirla a las nuevas generaciones.
Su taller, Tlaxima Molinia —nombre que combina el náhuatl tlaxima (“la que trabaja la madera”) y molinia (“molinillo”)—, es hoy un espacio donde tradición e innovación se entrelazan. Mediante el torno artesanal, Gualberto talla cada pieza usando la fuerza de sus manos y pies, un palo y un lazo de madera que hacen girar el bloque hasta transformarlo en obras utilitarias, joyas y esculturas ornamentales. Las finas líneas oscuras que decoran sus molinillos no son pintura: son marcas de fuego, madera quemada con precisión que le otorga su característico acabado.
Además de molinillos, crea juguetes tradicionales, figuras ornamentales, joyería y miniaturas, incorporando el diseño del molinillo en collares, pulseras y catrinas, con aplicaciones en plata. Su trabajo combina arte, oficio y experimentación, siempre manteniendo la esencia del arte popular mexicano.
Sus piezas se exhiben en museos y colecciones internacionales, entre ellos el Museo del Juguete Popular Mexicano “La Esquina” (San Miguel de Allende), el Centro Cultural Mexiquense (Toluca) y el Mexic-Arte Museum (Austin, Texas). También han viajado a Estados Unidos, Francia, Alemania, Japón, Suiza, España y Nueva Zelanda, entre muchos otros países.
Reconocido por su innovación, Gualberto ha obtenido distinciones como el tercer lugar en el Concurso Nacional de FONART (2018) y premios por su contribución a la preservación de las técnicas tradicionales de torno de violín.
Con orgullo y devoción, continúa creando desde su taller piezas que giran con el alma de México.
Para él, “hay que hacer algo muy bueno y bonito para estar entre los mejores”.

Israel Soteno Ambrosio Artesanía en barro.
Metepec, Estado de México, México.
Maestro alfarero del Árbol de la Vida
En el corazón de Metepec, cuna del barro y del Árbol de la Vida, Israel Soteno Ambrosio representa la cuarta generación de una familia que ha convertido la arcilla en símbolo de identidad nacional. Desde niño creció entre hornos, moldes y figuras policromadas que cobraban vida en el taller familiar, guiado por la mirada de su padre y el legado de sus abuelos.
Aunque en un principio estudió Artes Plásticas en la Universidad Autónoma del Estado de México, Israel descubrió que su verdadera vocación estaba en las raíces de su familia. A los veinte años decidió dedicarse por completo al arte popular, continuando una tradición que su linaje ha preservado por más de un siglo: el Árbol de la Vida, una de las expresiones más representativas del barro mexicano.
Su técnica se basa en el uso del barro rojo local, mezclado con fragmentos pulverizados y fibras naturales del tule —conocidas como plumilla— para dar consistencia a la pasta. A partir de una estructura base, modela a mano cada figura, incorporando elementos simbólicos mediante el pastillaje policromado. Su dominio técnico se une a una profunda sensibilidad artística: en sus manos, la arcilla se convierte en narración, en mitología y en memoria.
Israel ha reinterpretado el Árbol de la Vida con una mirada contemporánea. Si bien honra los temas tradicionales —como el relato del Jardín del Edén con Adán, Eva y la serpiente—, también crea árboles que cuentan otras historias: la Independencia, la Revolución Mexicana o escenas de la vida actual. En sus piezas, el barro se vuelve un lenguaje que dialoga entre el pasado y el presente.
Su obra ha sido exhibida en museos nacionales e internacionales, entre ellos el Museo Nacional de Antropología, donde se encuentra su pieza El Rebelde, así como en el Museo del Carmen, el Museo de Arte Popular y diversas muestras colectivas como Arte/Sano y Esto Somos. Arte Mexicano Vivo.
Cada pieza firmada por Israel Soteno es un tributo al tiempo, la tierra y la familia. Desde su taller en Metepec, continúa modelando árboles que florecen con historias y raíces, manteniendo viva una tradición que, más que oficio, es una forma de vida.
“Cada árbol es una historia. Cada figura, una memoria. El barro es la voz de nuestra tierra.”

Joaquín Damaso Mendoza
Xalitla, Guerrero
Maestro pintor en papel amate
Originario de la comunidad de Xalitla, municipio de Tepecoacuilco de Trujano, en el estado de Guerrero, Joaquín Dámaso Mendoza pertenece al pueblo indígena náhuatl, donde el arte no se aprende en las escuelas, sino en la vida cotidiana, entre manos, colores y memoria.
Desde los ocho años, Joaquín tomó los pinceles por primera vez bajo la guía de sus padres, también artesanos nahuas. A los doce comenzó a pintar de forma continua sobre papel amate, un material ancestral que ha sido lienzo de su historia personal y colectiva. En él representa aves, escenas cotidianas, leyendas e imágenes que rescatan la identidad cultural del norte de Guerrero.
Su obra, realizada también sobre madera, cerámica y bules de guaje, se distingue por el equilibrio entre técnica, color y narrativa. Cada trazo refleja la conexión entre la naturaleza y la vida comunitaria, entre la tradición y la imaginación.
A lo largo de su trayectoria, Joaquín ha sido reconocido en múltiples concursos regionales, estatales y nacionales, destacando el Galardón Nacional FONART 2011, otorgado por el Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías, uno de los reconocimientos más importantes del arte popular mexicano.
Su trabajo no solo preserva una herencia cultural, sino que también impulsa a nuevas generaciones. Fiel a su compromiso, Joaquín promueve talleres y espacios de aprendizaje para niños y jóvenes, convencido de que el arte es una forma de mantener viva la identidad de su pueblo.
“Pintar es conservar nuestra historia, es mantener el alma de Xalitla sobre el papel.”
Galería.
